Aceptar las manifestaciones de tu ego indica que heridas de nuestra vida (y nuestra alma) están activas. Si eres consciente de estas manifestaciones egoicas, podrás observarlas y podrás detener la influencia del ego.
Ya hemos hablado mucho como reconocer al ego. Critica, juzga, usa exageraciones, dramatiza para darse importancia. En el lenguaje puedes observar como dice “yo siempre”, “yo nunca”. Usa el “tener que”, una obligación, una norma de tu ego que quiere controlar y mostrar su autoridad. Pero puedes decirle que no; tienes la capacidad y posibilidad de elegir. Si eliges algo distinto, entonces te mostrará el miedo, y si le haces caso, alimentarás al miedo olvidando al amor.
Otra forma en la que se manifiesta es con el “debería”. Te dice cosas como “debería no comer chocolate”, “tendría que ser menos arrogante”, “me gustaría no hacer nada”, “me gustaría comer todo el azúcar del mundo”. Pero este uso del condicional, ¿qué trae consigo? ¿Ves el miedo que hay detrás de esos ejemplos? Varios miedos están detrás de estos deseos manifestados por tu ego en condicional. Si no hay miedo, tomas decisión y acción, tu ser auténtico: “voy cuidarme, voy sentirme bien, voy amar a mi cuerpo, voy a mimarlo”. Ahí apartas al ego.
Si estás en ti, centrado/a, no hay necesidad de clasificar todo. Eres y vives lo que te toca vivir, siendo consciente de que lo estás viviendo y vives esa experiencia. Tu ego no tiene idea de tu plan de vida, de lo que tienes que aprender. Solo tienes que observar.