Amor es una palabra que suena mucho últimamente. Para mí, es una de las frecuencias vibratorias más alta que el ser humano puede experimentar; vibrando en amor, no hay cabida para el odio. Siendo amorosos y compasivos con nosotros podemos llegar a un nivel de entendimiento hacia uno mismo y hacia los demás. Pero debemos iniciar con el amor propio. Si no sientes amor por ti, nada de lo que hagas te va hacer sentir pleno/a y feliz.
Si no sientes amor por ti, nada de lo que hagas te va hacer sentir pleno/a y feliz.
Tener amor propio es poderosísimo, ya que no necesitas de la aprobación de los demás para sentirte bien y pleno/a. Puedes sentirte feliz todo el tiempo porque te conoces, reconoces tus defectos y virtudes, sabes cuáles son tus límites, estás listo/a para mejorar como persona, para modificar lo que puedes cambiar. Es aprender de tus errores, sacarte el polvo y seguir caminando; es tratarte con amabilidad; es ser conscientes de tus pensamientos, cambiando los negativos por pensamientos constructivos, es perdonarte, reconciliarte, reconocer, observar y aceptar tus emociones. El amor propio es aceptación.
El amor es una energía hermosa y debemos cultivarlo hacia nosotras mismos/as. Poder sentirlo, vivirlo día a día, al levantarte y verte al espejo, en la manera en que te proyectas al mundo y en la forma en que tu misma te tratas, ya sea con los alimentos que consumes, los cuidados que le das a tu cuerpo o con las relaciones que tienes o has tenido. Todo ese amor que sientes por ti se refleja y es lo que entregas a las personas a tu alrededor.
¿Vives proyectando lástima, contándole a todo el que te encuentras sobre tus penas y dolencias? ¿Piensas en lo feo/a y horroroso/a que estas cuando te ves al espejo? ¿No quieres dejar a esa relación toxica, por miedo a estar solo/a? ¿Te permites vivir momentos desagradables sin ninguna necesidad? Pues ya es tiempo de soltar toda la negatividad y darte cuenta que nadie te va a sabe amar mejor que tú mismo/a. Si te amas, llegarán a ti personas que te valorarán y respetarán. Todo está en tu mente, tú tienes el poder de tu felicidad: si deseas vivir llorando o si deseas vivir feliz forma parte de tu decisión. Solo te voy a decir una cosa: haz lo que te haga feliz, sin lastimarte, ni lastimar a los demás.
Ya es tiempo de soltar toda la negatividad y darte cuenta que nadie te va a sabe amar mejor que tú mismo/a.
Estás aquí porque así debe ser, estás aquí por alguna razón y debes ser tú quien descubra tu propósito en esta vida. Eres un ser maravilloso y capaz de amarse a sí mismo, capaz de dar y recibir amor. Lo que sucedió en tu pasado ya pasó y no puede ser modificado, así te recomiendo que observes lo que te ha sucedido y saques los aprendizajes de esas situaciones. De ahora en adelante depende de ti como lo vas a vivir, está en ti ser conscientes de tus pensamientos e ir transformándolos, ir transformándote, que cada día que pase te conviertas en una mejor versión de ti mismo/a.
Permítete darte cuenta de lo hermoso/a y maravilloso/a que eres, siente y cultiva el amor por ti. Comprendamos que no vivimos en amor, sino que somos amor.
Los y las amo, te amo, me amo.
Responsable: Yolanda García Rodriguez
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Después de la frenada física, está la parada mental.
Ésta requiere de mayores frenos. Lo primero es observar tu cantidad de pensamientos, sólo darte cuenta. Qué cotorra habita en tu mente pensante. Ese yo pensante que suelta pensamientos a chorro, y en algunos momentos, hasta los quieres verbalizar ¡todos!
¿Alguna vez te ha pasado estar con prisa?
Llegas a un sitio y algo te hace frenar en seco, parar: el semáforo en rojo, un accidente, un atasco o dos coches parados con sus conductores charlando tranquilamente (ellos no tienen prisa, lo cual te enoja demasiado).
Lo primero es reconocer que a veces, esa bondad no es verdadera, claro que otras de veces sí, pero distinguir cuando no lo es. Si te hace sentir plena, llena de alegría, gratitud, sintiendo que recibes en el mismo acto de bondad, ahí estás en paz, equilbrio, amor, entonces, es bondad. Si no, es una automanipulación, una bondad disfrazada que busca reafirmar el buenismo para ser merecedora.
Hace un tiempo que esta palabra me rondaba en la cabeza: el “buenismo”. En el sentido de falsa o bondad hipócrita.
De los ismos y los istas he ido descubriendo, a lo largo de mi experiencia, que sólo son productos de creencias, ideas, patrones, programas egoicos que nada tienen que ver con nuestra verdad, con nuestro Ser.
Te acompaño, te guío, conduzco, para llevarte a tu transformación.
Del Alimento a la Consciencia, con el Alimento como Medicina
y con la Medicina de la Consciencia.
Te llevaré hacia una nueva perspectiva para que puedas llegar a nuevas respuestas.
Puntos claves para tu transformación, para tus cambios, para tu evolución y crecimiento.
A través del alimento, considerando alimento todo aquello que te nutre.
Aprovecha los recursos gratuitos, sé que te van a ayudar.
© 2023 YOLANDA GARCIA RODRIGUEZ
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